Restaurante
Sotobosque
Un espacio con vocación de singularidad por su dimensión contenida. Madera noble en los suelos y un revestimiento de tablas de iroko en la pared principal, dispuestas de forma que reducen la reverberación del sonido ambiente. Para ganar intimidad sin perder luz, los biombos correderos que representan ramas de árboles, protegen la cristalera. Con el mismo sistema se monta y desmonta un reservado ágilmente. Las lámparas circulares, armadas con ramas recogidas en los ríos, dan luz cálida hacia los muros y neutra sobre las mesas, para apreciar correctamente los matices del vino y la comida. En la pared un texto original en bajorelieve y una colección de cuadros sobre la montaña nos acercan al bosque y a su ensoñación.